Por Capitán Tolstói 

Recuperado desde Latido de la Música 2021.

Una ruta hacía la desesperanza, pero cuajada de ritmos bailables, es la que ha construido El Remolón, desde 2012, cuando sale al mercado su álbum Pibe Cosmo, con canciones como La Bonita, Guajira y Bolivia. Su música de repeticiones y ondulación persistente, toma sonidos de la américa latina, tradicionales en sus barrios bajos, para electrificarlos, distorsionarlos y hacerlos rebotar en salas reverberantes.

Catedrales de percusión campesina, son revestidas con bajeos procesados mecánicamente y melodías simples y gráciles. El cóndor pasa rumbo al arcade del centro de Cali, para jugar una partida en un viejo monitor dañado, por la presencia inextinguible de un George Foreman pixelado.

Boxeo Constitución, de 2013, es otra producción que invita a los excesos. La colaboración de Lido Pimienta da una nueva vuelta de tuerca, y el álbum se entrona como la música ideal para el after, después del after, en el amanecer de las colinas del lumpen en la Ciudad de México o Monterrey.

La portentosa experimentación de El Remolón Continúa a través de otras dos entregas de L.P`s Selva de 2014, con sus remixes en 2015 y Senderos de 2016, en los que, acude siempre a un universo completo de ruiditos y soniditos que titilan en una base consistente de cumbia moderna y electrónica vulgar y desgarbada.

Con estos antecedentes, no queda más que esperar con emoción su lanzamiento más reciente: Que Bailen, segundo adelanto de su nuevo disco, Asimétrico.

“Por todas las veces que no pude bailar, que bailen mi pasado y mi futuro” canta Pol Nada (referente de la psicodelia litoraleña contemporánea), en esta preciosa colaboración, y de quien ya he escrito previamente en este blog.

Asimétrico es el próximo album de El Remolón y es una nueva experiencia que invita a deconstruír las normas tradicionales de la música electrónica y los sonidos mestizos, partiendo de la irregularidad y las zonas poco claras del mundo actual. Un viaje ecléctico que va de lo experimental al downtempo, del folk minimalista al techno noventoso.

El track es un completo acierto musical, con una profundidad tenebrosa y un tempo hipnótico. Percusiones acuáticas, guitarras mareadas, cumbia que se pierde en un sendero oscuro, bajo un cielo ennegrecido por los vapores de un suburbio grasiento.  No te lo pierdas, ya está en plataformas.

Que la música triunfe.