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Foto Fernando Aceves.
No negaré que me fue muy emotivo, escuchar los primeros compases de la canción “Ver el Amanecer”, de (no sé si levantarme de la silla al escribir su nombre) Rafa Acosta, parte de su producción “Rafa Acosta y sus Amaneceres”, lanzada esta semana en la que también ocurren las fiestas de independencia de México.
A lo largo de los años he escuchado a Rafa presumir que fue él con sus Locos del Ritmo, quienes inauguraron el vetusto almanaque del rock nacional. A quienes nos interesan estos detalles, propios de un coleccionista melómano, se nos han presentado diversas versiones del génesis del rock nacional. Y bueno, ahora pienso que todas esas charlas sesudas en las que participé, en aulas, habitaciones adolescentes, antros del género, estudios de audio, oficinas de redacción, cabinas de radio o montajes de conciertos, sobran. Se vuelven huecas frente al modesto EP que ha liberado Rafa.
Y digo modesto por la extensión y no por su significado. Rafa ha sobrevivido artísticamente a sus héroes inspiracionales de adolescencia, para traernos en pleno siglo XXI, una propuesta contemporánea que le guiña el ojo a cada rato, a la historia del rock.
Escucho en sus nuevas canciones a The Beatles, a The Clash, pero a los viejos blueseros y a los baladistas de los cincuenta del siglo pasado.
Su voz se erige con mensajes esperanzadores, sin una sola gota de futilidad. “El tiempo que falte, quisiera encontrarme, amor de verdad” señala en su canción “El pasillo”, una referencia a nuestro paso por el umbral de la vida.
Donde la mayoría al final nos desvanecemos, Rafa permanece estoico y le hereda al rock mexicano un precioso regalo, cuajado de sabiduría.
“Viva Zapata” suena cerrando la producción, en una versión modernizada que se agradece. Así como los campesinos de hoy, son Zapata, según la misma canción, puedo decir que los rockeros de hoy, también son Rafa Acosta.
¡Viva Zapata! ¡Viva Rafa Acosta! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria Rock & Roll y libertad! !Viva México!
Que la música triunfe.